miércoles, 17 de junio de 2020

Objetivos relacionales (no especifistas) en un proyecto de investigación.

Me permitiré iniciar esta entrada presentando un fragmento de una reflexión que realicé alrededor de un año atrás, como una introducción previa a lo que en aquél momento pensé que sería mi anteproyecto para trabajo de grado. Como se ve en las siguientes imágenes, donde aparece la última fecha de modificación de aquél documento de drive, en julio 18 del 2019, desde aquél entonces no había retomado esta reflexión, pero lo haré ahora que se ha vuelto a presentar como pertinente al proyecto.




Antes de introducir el tema alrededor del cual se desarrollará el proyecto, que era inicialmente un método de producción audiovisual, debo aclarar que ese “alrededor del cual se desarrollará” tiene unas importantes implicaciones, puesto que aquél alrededor se ha convertido en algo tan importante para el proyecto como el centro mismo, que pasa solo a ser uno de los articuladores de las acciones investigativas y creativas que se desarrollarán, como un bulbo o tubérculo dentro de una estructura rizomática, como la describiera Gilles Deleuze en Mil Mesetas (2004). Y es precisamente a partir de la lógica rizomática que pretendo desarrollar mi proyecto de investigación-creación, pero antes de ese cómo, abordaré el porqué de tales pretensiones.
Si le hablo al eventual lector de esta tesis más como a un ser humano que como a un académico, concordará en que al analizar sus dinámicas espontáneas como persona, encontrará dinámicas integrativas que son contrarias a las premisas con las que habrá tenido que trabajar en el ámbito académico, el cual se basa en los modelos científicos de construcción de conocimiento. Como individuo, usted ha de tener un gran número de inquietudes, correspondientes a diversos aspectos que lo componen como persona. A nivel social, tendrá una inquietud en el ámbito familiar, respecto a cómo construir una relación de pareja, y otra acerca de cómo solucionar un inconveniente con un vecino problemático, mientras que a nivel intelectual se hace preguntas sobre la relación entre la vida y la muerte, pero también piensa en el futuro político del país y en qué medida usted le estará aportando positivamente. Estas inquietudes que todos tenemos se podrían catalogar en áreas muy diferentes, pero todas convergen en la experiencia de vida que cursamos irremediablemente, y son de hecho las que determinarán nuestras realidades e identidades, conduciendo sus transformaciones en el devenir de nuestra individualidad, como nos lo puede esclarecer Moisés Barroso Ramos, en su tesis doctoral Inmanencia, virtualidad y devenir en Gilles Deleuze (2006).
En cambio, por otro lado, teóricos como Gastón Bachelard en La formulación del espíritu científico (1993), nos explicitan que la principal premisa del trabajo científico es la especificidad, y en apartados del texto, como el siguiente, observamos de forma clara y manifiesta una oposición a principios como el antes observado de integración, fundamental en el ser humano para la construcción de su propia condición de sujeto.
(...)Es así como en todas las ciencias rigurosas, un pensamiento ansioso desconfía de las identidades más o menos aparentes, para reclamar incesantemente mayor precisión, ipso facto mayores ocasiones de distinguir. Precisar, rectificar, diversificar, he ahí los tipos del pensamiento dinámico que se alejan de la certidumbre y de la unidad, y que en los sistemas homogéneos encuentran más obstáculos que impulsos.(...) (p.19)
Si en la dinámica que observábamos inicialmente, donde hay una construcción de individualidad a partir del relacionamiento de un conjunto de elementos (conocimientos e inquietudes, en el caso de constitución de la identidad del sujeto), lo más determinante es la unidad, a partir de la cual cobran sentido estos elementos (en relación a los otros elementos dentro de los límites que definen la identidad)(Barroso 2006), dentro del sistema científico, dicha unidad y cualquier posible unidad que integre en una homogeneidad (lo cual se produce efectivamente mediante el establecimiento de una identidad) debe ser vista como un enemigo en el estudio del objeto puntual. Pero cuando se observa en el texto de Bachelard que el estudio de un objeto derivará en una mayor precisión respecto a ese objeto, y ello al planteamiento de nuevas preguntas consideradas mucho más puntuales, uno se cuestionaría, ¿acaso no hay una contradicción en que los nuevos objetos tendrán que estar englobados dentro de un sistema homogéneo del cual hacen parte? pero el sistema científico lo resuelve (y lo empeora, desde la opuesta perspectiva integrativa) argumentando que siendo consecuente sobre sí mismo, se reconsiderará el objeto particular como unidad homogénea, puesto que el estudio de cada una de sus derivaciones desmitificaría la identidad primaria como regular, y por tanto homogeneizable. Dicho razonamiento suena coherente dentro de su propio sistema, pero lo que está ocasionando en su entusiasta “reclamar incesantemente mayor precisión, ipso facto mayores ocasiones de distinguir” (Bachelard, 1993, p.19), es que en cada capa de profundización investigativa se pierda la oportunidad de nutrir el objeto estudiado anteriormente con los hallazgos derivados de él mismo, e incluso se obstaculiza la posibilidad de relacionar los hallazgos realizados por diferentes derivaciones de un mismo objeto, porque esto implicaría correlacionarlos en el marco de unidades e identidades que los integren.
Lo que sucede en este punto es que a partir de la lógica (al decir la lógica, el lector comprende de qué lógica se está hablando, porque está tan arraigada una sola forma de lógica a la cultura occidental -o global, para ser más realistas-, que deja de considerarse que puedan haber otras, pero este proyecto parte de que sí las hay y pueden ofrecer resultados positivos a muchos niveles), cuando se realiza una afirmación, no se puede afirmar además otra cosa que la niegue. Considerando este tercer principio aristotélico, llamado “principio del tercero excluido”, si una persona tiene el grado de convicción para argumentar siempre desde una racionalidad que se basa en él (y en los otros dos principios), será fácil que llegue a la conclusión de que si la especificidad le ofrece unos resultados que busca, tendrá que estar en contra de la integración, puesto que es contraria a su principio y por tanto un enemigo a confrontar, o como lo llama Bachelard (1993) de una forma casi eufemística considerando la forma en que argumenta en su contra, un obstáculo epistemológico. Si se propone ante una persona que profese este tipo de racionalismo, una perspectiva integrativa, la persona defenderá su postura de la única forma que conoce, atacando aquella postura que no es la suya. Mientras tanto, desde una postura integrativa no se considera como un obstáculo o algo negativo lo espesifista, sino que lo comprende como parte de una dinámica más amplia.
En el ejemplo de las diferentes inquietudes que suelen surgir en cada ser humano, podemos comprender que si hay un cuestionamiento respecto a un altercado que hubo con un vecino, aquello es algo específico del ámbito social de la persona, y dentro de la situación particular pueden haber elementos más específicos, como una forma de comportamiento o un determinado uso del lenguaje, pero cuando en aquellos puntos específicos ocurra un aprendizaje o una transformación, habrá una repercusión en la identidad social del individuo, que también se transformará. Esta transformación en la unidad mayor que llamamos el aspecto social del individuo, afectará la forma en la que este interactuará con su pareja, transformando o aportando a una dilucidación de las inquietudes que le hayan surgido a este respecto, pero además de ello, dado que la identidad completa del sujeto se construye en parte por este aspecto social, ocurrirá también una transformación de él, como sistema, lo cual implicará afecciones en el resto de aspectos de la persona, y de componentes más específicos de cada aspecto.
Por otro lado, en las dinámicas de la ciencia también suceden momentos de integración, cuando en pro de una necesidad práctica se abandonan temporalmente y sin demasiada reflexión metodológica (porque ella no se los permitiría) los principios anti-integrativos que normalmente defienden. Cada avance tecnológico producto de la investigación científica se da en el momento en que se relaciona un número de conocimientos específicos logrados a partir de la precisión y distinción descrita por Bachelard (1993), en el marco de aquella necesidad o por lo menos de un deseo establecido por el investigador o grupo de investigadores, que entraría a fungir en tal momento como identidad o sistema homogéneo a partir del cual se pueden integrar en una solución o beneficio efectivo en relación a dicho propósito inicial.
Constantemente se aprecian avances tecnológicos en múltiples campos (comunicación, salud, transporte, etc.), y ello da cuenta de que estos momentos de integración, en los que la ciencia cobra sentido más allá de ella misma, no son realmente escasos, aunque sigan siendo pocos en proporción a la cantidad de conocimiento específico producido continuamente. Si además observamos los contextos en los que se dan estos avances y logros, notaremos que provienen de una élite, normalmente dentro de compañías capitalistas que acogen a los investigadores expertos, los cuales sí tienen ahora aquella potestad de convertir los conocimientos específicos en algo con sentido para la comunidad (o por lo menos rentable para la compañía). Desde esta consideración, puede comprenderse en buena medida porqué se sigue replicando un modelo de investigación que va en contra de la naturaleza humana, como se menciona inicialmente, y es porque se acomoda perfectamente al modelo capitalista de producción (en este caso de conocimiento), en el que se requiere capacitar a una enorme línea de obreros que produzcan los insumos necesarios para la obtención del objeto de venta de la empresa. Como lo expresa Liliana Bergesio, en su análisis titulado "Raíces del pensamiento socio-económico: La división del trabajo en Adam Smith, Karl Marx y Émile Durkheim." (2007), la segmentarización de las áreas de especialización y trabajo garantizan que el obrero no pueda retribuirse directamente a partir del trabajo que genera, para imposibilitarle una autosuficiencia, asegurando su dependencia del sueldo que le proveerá la compañía.
No se niega la eficacia del método científico para los propósitos científicos, pero ante los propósitos de las humanidades y de las artes, que más humanos tendrían que ser, puede ser pertinente y necesario, desde lo reflexionado anteriormente, que se sigan otros modelos de investigación, más cercanos a las dinámicas naturales del ser humano, que es necesariamente integrativo. Considero que un proyecto de grado en un pregrado como comunicación Audiovisual, desde los amplios formatos metodológicos que ya han desarrollado estas áreas académicas, como lo son la sistematización de experiencias y la investigación-creación, se puede proponer un acercamiento a una investigación que parta de este otro tipo de objetivos, y en su formulación, en el tipo de delimitación que haga del objeto de estudio que se propone, pueda liberarse de aquella especificidad, empleándola solo como una herramienta dentro de un ejercicio con un sentido más amplio e intagrativo.
(Fin del texto retomado)
En este texto menciono algunos puntos importantes para el proyecto actual, como la comparación entre la dualidad y la integración, que además de ser un aspecto metodológico, es el contenido conceptual desde el cual se desarrollan los contenidos audiovisuales, haciendo aún más pertinente que el proyecto en sí sea observado desde aquellos temas que trata y desarrolla. La mención final de la relación entre el sistema capitalista, como manifestación ejemplar del pensamiento occidental y las dinámicas dualistas de comprensión y acción ante la vida y el entorno, serán un tema clave en el proyecto, como lo discuto en el Día 2 de la primera semana con el asesor del proyecto, Carlos Giraldo, y como lo ampliaré en la entrada de la relación del panteísmo con lo social y lo personal. Ahora, en relación al aspecto académico que allí se menciona, aunque es cierta la visión de la ciencia allí expuesta, y se está reflejando, sin desfigurar (aunque sea con el propósito de criticarla), la perspectiva de un autor representativo como Bachelard, sí considero que no se le hizo completa justicia en el texto a las enormes cualidades positivas que tiene el método científico y metodologías como la cuantitativa, también en áreas como la comunicación audiovisual y multimedial (tal como expondré en la entrada sobre las posibilidades ontológicas en la unión de la neurociencia y la comunicación audiovisual y multimedial). Aunque me mantengo en la posición del texto, en la se expone que la dualidad niega la unidad, mientras que la unidad integrativa es capaz de relacionarse con la dualidad, apropiándose también de sus virtudes (y desde allí puede entenderse no como una perspectiva contraria sino como otra más amplia y con mayores posibilidades), puedo reconocer una visión sesgada en mí como autor, en la forma de referirme a la ciencia, y pienso en este momento que aquello puede deberse a la ignorancia natural en una persona que no ha tenido una educación apropiada en aquellas herramientas metodológicas. En el acercamiento dificultoso de muchos compañeros estudiantes-investigadores al formato de un proyecto de investigación, y en lo poco aportante que resulta esta tarea (casi adicional al trabajo de realización, para muchos) al proceso completo, se evidencia que es una condición general el desconocimiento respecto a los fundamentos y sentidos de los procesos de investigación, como generadores de conocimiento. Si se poseyera un saber más amplio respecto a aquellas herramientas, podrían apropiarse, como soportes para emprender procesos de exploración muy enriquecedores para los estudiantes, que respondan a objetivos honestos desde su curiosidad personal. Lo que muchas veces sucede, en cambio, es que se tiene una percepción limitada de las formas de proceder metodológicamente, y estas no coinciden con las preguntas del estudiante, por lo que dicho método lo limita, cuando otro podría impulsarlo en el sentido que su deseo lo mueve. Sin ir hasta metodologías empleadas en otras áreas, en la misma investigación-creación, como principal metodología adoptada y propuesta desde el pregrado CAM (Comunicación Audiovisual y Multimedial de la Universidad de Antioquia), muchos compañeros suelen asumir que la única posibilidad que tienen en este formato es el de la investigación para la creación,  cuando teóricamente está bien sustentada y referenciada también una investigación a través de la creación,  en donde es el proceso mismo de experimentación creativa (audiovisual en este caso) el que puede conducir a una conceptualización teórica posterior (como se menciona en la página de las problemáticas a abordar teóricamente el proyecto), en donde se dé ahora sí un relacionamiento con referentes audiovisuales y teóricos que se hayan planteado preguntas similares. Aunque esta consideración no niega la validez de los proyectos desarrollados siguiendo la metodología de la investigación para la creación, en donde, por ejemplo, primero se estudiarán los referentes, para observar ellos cómo dieron respuesta a la problemática de investigación que yo me formulé, y qué de eso trataré de aplicar en mi proyecto, puede notarse en muchos de los procesos que para la búsqueda del estudiante primero era necesaria la exploración, porque sería en ella misma que se identificara la real problemática que se necesitaba abordar y a partir de aquella experiencia sí podría establecerse una relación asertiva con otros referentes, como lo expresa el estudiante Mateo Vallejo en sus memorias de trabajo de grado, citado por Ana Victoria Ochoa en el minuto 1:00:30 de su master class Fuga entre el proceso y las memorias en la investigación-creación audiovisual (2019). Y traigo aquí toda esta reflexión sobre los procesos de investigación-creación en el pregrado, porque evidencia cómo, aunque se demuestre una clara necesidad de vivir estos procesos más cercanos a las dinámicas orgánicas de la vida, en donde es a través de la experiencia que pueden integrarse y dotarse de sentido las teorías, que se apropian ahora como una herramienta para leer y comprender mejor la realidad, y no al revés (la teoría y racionalizaciones como principio a través del cual podré determinar las condiciones de los hechos, como señala el profesor Carlos Giraldo en la asesoría del Día 2 de producción académica), aún se dificulta la apertura a aquellas formas de proceder académicamente, por el tipo de factores que comienzan a intervenir allí, poco observables en términos y métodos cietíficos, como lo es la imaginación, como lo menciona Cuartas (2019) en el artículo que aquí referencio completo.

La master class dada por la profesora Ana Victoria, que se cita anteriormente, así como la misma experiencia que yo puedo decir que he tenido como estudiante del pregrado y de los cursos de proyecto de grado, apuntan claramente a que es un objetivo del pregrado y de su perspectiva académica, el abrirse a estas diámicas más amplias y acertadas de construcción de conocimiento desde los procesos de creación, y puede apreciarse que desde el pregrado en buena medida se ha logrado un reconocimiento de esta situación, al establecer también los diálogos con los investigadores y formulaciones teóricas que más han avanzado al respecto, estando a la altura de ellos en sus intenciones de formación. Aunque reconozco, como mencioné antes, el desencuentro que se ha presentado y aún se presenta entre los proyectos de los estudiantes y las intenciones a partir de las cuales el pregrado quiere guiar a sus estudiantes, logro reconocer enormes y acelerados avances en dirección a que este encuentro se dé, por ejemplo en el tipo de contenidos que se aportan en los diferentes módulos a los estudiantes, que son valiosas herramientas teóricas para que establezca este nuevo tipo de acercamientos a los procesos de creación y de generación de conocimieto en términos académicos. Se comprende que sea un proceso paulatino el llevar de forma eficiente estas perspectivas y propósitos a cada uno de los procesos académicos desarrollados en el pregrado, pero algo que también reconozco en este momento como fundamental, al observar mi propia perspectiva sesgada en el texto que recapitulé al principio, es que cada estudiante trabaje en un desaprendizaje de la imagen eidética que se puede haber formado respecto a los métodos y herramientas académicas, puesto que esto le permitirá abrirse a ellas y entenderlas en su potencial, para apropiárselas, reconducirlas y reformularlas de acuerdo a sus propias necesidades investigativas.

La exploración metodológica que me propongo desarrollar en este proyecto, parte de aquél punto fundamental expresado en el primer texto, del que sigo estando plenamente convencido, y es que aún se sigue siendo un condicionante de la investigación académica, independientemente del área, la especificidad en su formulación. Los objetivos se supone que deben delimitar un (y solo un) objeto de investigación, como un tema, que será abordado desde una (y solo una) perspectiva conceptual. Para un proyecto de comunicación audiovisual, sería el tema X (perteneciente a cualquier otra área, como la psicología, filosofía, sociología, política, antropología, etc.), observado desde la perspectiva audiovisual del rol de realización Y (en el marco de la construcción de la propuesta fotográfica/ de arte/ de sonido) del producto Z. Tanto los ejercicios de investigación en el área audiovisual formulados desde el rol de producción, como algunos de los ejercicios de realización en los que el tema planteado implica un trabajo de indagación personal (como se menciona en el estado del arte de proyectos de animación en el pregrado), como en otras metodologías de investigación, como la sistematización de experiencias, se pueden observar otras dinámicas muy interesantes, puesto que el mismo proyecto se establece como objeto de estudio del mismo, y ello conlleva a que necesariamente se formulen otro tipo de reflexiones metodológicas muy aportantes incluso a las perspectivas ontológicas del área audiovisual. Pero allí sigue habiendo un limitante en el diseño del proyecto, y es que por nombrar como objeto de estudio por ejemplo el desarrollo del proceso de producción, ya quede por fuera de él alguna aproximación más profunda a alguno de sus componentes específicos, y una reflexión en este sentido estaría vetada para el investigador por una suerte de sentido del deber hacia el objetivo que se formuló que cumpliría, y al que debe ser fiel para mantener un estándar de calidad académica.

Lo que yo me he preguntado entonces, es qué otro tipo de objetivo podría formularse, a partir de otro tipo de lógica, no convencional pero igualmente sustentada como teoría (en términos académicos), como la rizomática, que me permitiera una mayor libertad en la forma de proceder creativa-investigativamente, en la que me pudiera apropiar de aquellos procesos específicos dentro de una dinámica más amplia, integrativa, dentro de la que cada uno de aquellos procesos se abordara ya en relación a un sentido más amplio, posibilitando a su vez que luego se pudiera enlazar más fácilmente a otras líeas de sentido, como explico en la entrada sobre el lenguaje en este proyeco de investigación - blog web. Desde la perspectiva rizomática, no se entenderían como diversos objetivos o proyectos juntos dentro de uno solo, sino que estos propósitos específicos, aunque diferentes, también tienen (y sobretodo) una y muchas relaciones constructivas entre sí, que constituyen en su convergencia un proyecto - sistema que, como tal, es más que la sumatoria de cada una de sus partes, en virtud de aquél grado de constructividad de aquellas relaciones generadas en su interior. Formulado así, el proyecto, a partir de la constitución de aquella convergencia que no es fija sino variable, podrá moverse indefinidamente expandiendo en divergencia sus fronteras, y ante la inclusión de nuevos elementos irá variando y fortaleciendo también las líneas o vectores de relación interna, así como el sentido que tenga cada elemento dentro del conjunto denominado proyecto de investigación. Así, se buscarían abordar en conjunto tanto el tema a partir del cual se crearán los contenidos, como los aspectos técnicos con los que se producirán, como la metodología en sí del proceso de realización, pero no como aspectos independientes sino a partir de su correlación.

Adicional a otras justificaciones del proyecto, mencionadas en este enlace, quisiera concluir esta entrada señalando que encuentro particularmente pertinente el desarrollo de un proyecto de este tipo por diferentes motivos, en el orden de lo anteriormente dicho. Más allá del interés personal por la cuestión de lo integrativo, que me parece fundamental en otros aspectos como el social (a desarrollar en la entrada sobre el panteísmo), desde la misma Universidad de Antioquia y la Facultad de Comunicaciones se proponen acciones en este sentido, como lo corroboran al asumir el reciente eslogan temporal, que aparece en la página de bienvenida al proyecto Aeternam , "Facultad de Comunicaciones, 30 años de integración y convergencia". También en el pregrado, adicional al interés por indagar en formas de construir recíprocamente entre la teorización y las acciones experienciales, se tiene un propósito de incluir desde el currículo nuevas formas de entender el lenguaje audiovisual, en relación a lo multimedial. Desde la fundación del pregrado, dieciséis años atrás, y con especial ahínco en los últimos años, con la dirección del pregrado de Ernesto Correa, y ahora de Ana Victoria Ochoa, y con la coordinación del sexto módulo de Alan Correa, y ahora de Ricardo Cedeño, se tiene un objetivo loable de abordar la creación, la teoría y el audiovisual desde perspectivas contemporáneas, que van más allá de las formas convencionales de comprenderlos y producirlos (ligados a los medios tradicionales del audiovisual, como el cine y la televisión). Aunque se aportan en los otros cinco semestres modulares, los recursos teórico-prácticos para aproximarse a estas formas tradicionales del audiovisual, en el sexto semestre, más que enseñar a producir contenidos para medios web, se busca introducir a toda una nueva forma de pensamiento, en la que ya estamos inmersos contextualmente pero sin tomar conciencia de ello. Por esto se proponen para los estudiantes conocimientos desde la perspectiva algorítmica, en una materia como Multimedia/Hipermedia; desde el pensamiento complejo y pensamiento sensorial, en las materias así mismo llamadas; desde la lógica rizomática, en materias como Orden Hipertextual y Rizomático (dinámicas de la web) y Ciencias Cognitivas (dinámicas de la percepción, pensamiento y comportamiento humano). El proyecto Requiem Aeternam se concibe desde estas perspectivas, no solo porque su exploración audiovisual y los resultados que de allí se obtengan están enmarcados dentro del tipo de producción que se invita a realizar en el sexto semestre del pregrado, sino porque se quiere abordar todo el diseño y desarrollo del proceso de investigación a partir de estas herramientas conceptuales, de las cuales aún los estudiantes no suelen apropiarse, siendo tan bastas y pertinentes.

Bibliografía:
Deleuze, G., Guattari, P. F., & Pérez, J. V. (2004). Mil mesetas. Pre-textos.
Barroso Ramos, M. (2006). Inmanencia, virtualidad y devenir en Gilles Deleuze. Universidad de la Laguna, Servicio de Publicaciones.
Bachelard, G. (1993). La formación del espíritu científico. Siglo XXI.
Bergesio, L. (2007). Raices del pensamiento socio-economico: La division del trabajo en Adam Smith, Karl Marx y Émile Durkheim. Trabajo y sociedad: Indagaciones sobre el empleo, la cultura y las prácticas políticas en sociedades segmentadas, (9), 2.
Cuartas, S. L. D. (2009). Investigación-creación. Un acercamiento a la investigación en las artes. Plumilla Educativa, 6(1), 73-79.
Ochoa , A., V. (2019). Jornadas Académicas Ficción No Ficción. Master Class con Ana Victoria Ochoa. Fuga entre el proceso y las memorias en la investigación creación audiovisual. Altaír Lab Digital.
En el enlace https://www.youtube.com/watch?v=9VWDreRWxTk&list=PLvO3-z7gBukggTsIlrK3n39PaleMI1zPW&index=2